Primera salida.

 

Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la de Puerto Lapice, otros dicen que la de los molinos de viento; pero lo que yo he podido averiguar en este caso y lo que he hallado escrito en los anales de la Mancha, es que él anduvo todo aquel día y al anochecer su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre, mirando a todas partes, por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha necesidad vio, no lejos del camino por donde iba, una Venta, que le parecía un castillo. Dióse prisa a caminar y llegó a ella tiempo que anochecía, estaban acaso en la puerta, dos mujeres mozas, las cuales iban a Sevilla con unos arrieros que en la Venta aquella noche acertaron hacer jornada.

Don Quijote y Rocinante, un día del mes de julio por la mañana, salieron del lugar de la Mancha, por la puerta falsa del corral, salieron al campo y comenzó a caminar por el antiguo y conocido Campo de Montiel, y era verdad que por el caminaba, sin llevar otro camino que aquel que su caballo quería, iba a su aire, tan espacio que a don Quijote, el sol entraba tan aprisa y con tanto ardor, que fuera bastante a derretirle los sesos si algunos tuviera. Al anochecer se hallaron cansados y, muertos de hambre, miraron a todas partes por ver si descubrían alguna venta o alguna majada de pastores, donde poder remediar su mucha necesidad. Vio no lejos una Venta y llegaron antes que anocheciera. Don Quijote creía que era un castillo (era la Venta de Manjavacas) como después se supo, y en la puerta de la Venta se encontraban dos mujeres, de estas que “llaman de partido”, que iban con unos arrieros camino de Sevilla, y acertaron hacer noche en la Venta.

Rocinante, era un caballo de aspecto flaco y débil, con más cuartos que un real, porque no podía acometer grandes aventuras ni darse grandes carreras, siempre tropezaba, porque nunca come y trabaja.

Don Quijote y Rocinante, llegaron a la Venta cuando anochecía, desde el lugar de la Mancha a la Venta donde fue armado caballero don Quijote. Tiempo de tardanza: una jornada.  

El itinerario -pintado de azul- es por donde salieron don Quijote y Rocinante, en su primera aventura.


Este es el itinerario por donde salieron don Quijote y Rocinante en su primera salida, desde el Lugar de la Mancha, caminando por el antiguo y conocido Campo de Montiel, llegando a la Venta de Manjavacas, antes que anocheciera, donde fue armado caballero don Quijote. (tardaron una jornada en llegar).

Después de una limitada cena don Quijote, llamó al ventero y encerrándose con él en las caballerizas, se hincó de rodillas ante él diciéndole; “No me levantare jamás de donde estoy valeroso caballero, fasta que, la vuestra cortesía me otorgue un don que pedirle quiero; me habéis de armar caballero, como testigos un muchacho con una vela y dos doncellas que allí pasaban la noche”.

Al otro día alba sería, cuando don Quijote salió de la venta, tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba la cincha del caballo. No había andado mucho, cuando le pareció que, a su diestra mano, de la espesura de un bosque que allí estaba, salían unas voces delicadas, como de personas que se quejaban: Dice estas voces, sin duda son de algún menesteroso o menesterosa, que ha menester mi favor y ayuda.

Y, volviendo las riendas, encaminó a Rocinante hacia donde pareció que las voces salían. Y a pocos pasos que entró por el bosque, vio atada una yegua a una encina y atado a otra a un muchacho desnudo de medio cuerpo arriba, hasta la edad de quince años… Le estaba dando con una pretina muchos azotes a su criado Andrés, porque le había perdido algunas ovejas, el labrador de buen talle; que es Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar.

Viendo don Quijote lo que pasaba, con voz airada dijo: “Descortés caballero, mal parece tomaros con quien defenderse no puede, que yo os haré conocer ser de cobardes lo que estáis haciendo”; Desta manera y otras, deshizo el agravio, el valeroso don Quijote, el cual contentísimo de lo sucedido, siguió su camino…

En esto llegó a un cruce de caminos que en cuatro se dividía (Cap IV), se paró y se puso a pensar cual camino de aquellos tomaría; y al cabo de haberlo muy bien pensado soltó las riendas a Rocinante, dejando a voluntad del rocín la suya, el cual fue el irse camino de su caballeriza. Y habiendo andado como dos millas, desde el cruce, dirección Toledo, descubrió un tropel de gente. Eran unos mercaderes toledanos que iba a comprar seda a Murcia. Don Quijote, tuvo una pelea con un mozo de mulas de los que allí venían y le dio tal paliza a don Quijote, con los trozos de su lanza, que le dejó molidas las costillas, dejándolo tendido en el suelo, si poderse levantar, mientras el mozo y los mercaderes, siguieron su camino.

Este es el único camino de Toledo a Cartagena, viene desde Toledo, Tembleque, Villacañas, El Toboso, Manjavacas, El Provencio, Murcia, Cartagena (Llamado "camino de los pimentoneros").

En la Venta, la dehesa y el encinar de Manjavacas existían buenos pastos. La Orden de Santiago, se encargaba de los arrendamientos para todo el año, a los ricos ganaderos del Común de la Mancha. Uno de estos ganaderos era Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar, pastaba su ganado en la dehesa de Manjavacas, en el encinar, donde se encuentra la Venta, la Ermita y el cruce de caminos de Manjavacas.

Se da la obligación que del encinar de Manjavacas, se aprovechaban todos los de la zona del Común de la Mancha y de estos términos, permitiendo una forma de explotación para los ganaderos, convirtiéndolos en ricos pastizales para el ganado, el encinar para coger bellotas y cortar leña para el invierno (Término de Mota del Cuervo).

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